sábado, 2 de agosto de 2008

Mi confrontación con la docencia

Empecé a trabajar dentro del magisterio cuando yo tenía 18 años, ya que se presentó la oportunidad de trabajar y estudiar, me refiero a esto como oportunidad porque a esa edad yo no había decidido ser maestra, pero que sin embargo me era algo familiar, ya que provengo de una familia en donde mis padres, mis 2 hermanas y 9 tíos son maestros. En ese tiempo yo era técnico en computación, y había empezado a estudiar en la Escuela Normal Superior de Nayarit para ser maestra de nivel secundaria en el área de Ciencias Naturales, carrera que terminé 6 años después.
Inicié a trabajar en una secundaria técnica en donde trabaje 12 años, de los cuales 6 años fuí la responsable del área de informática y los otros 6 años impartí la materia de matemáticas.

Para mi el ser docente desde muy joven marcó mi vida, ya que alumnos, maestros y padres de familia, me ayudaron a crecer, madurar y me enseñaron a ser responsable. Principalmente los alumnos me ayudaron a formarme en muchos aspectos de mi vida, ya que corría, jugaba, y actuaba muchas veces como uno de ellos debido a la poca diferencia de edad que había entre nosotros, pero además yo era su maestra, rol que a veces me era difícil de diferenciar, pero que poco a poco lo fui asimilando.


¿QUIEN SOY?
Yo soy egresada de el Instituto Tecnológico de Tepic, soy Ingeniero en Sistemas Computacionales, Escuela de renombre en el estado de Nayarit, ya que los egresados del TEC son reconocidos como profesionistas de alto nivel académico.

Algo que quiero compartir en mi etapa de estudiante durante ésta Institución, fue como la mayoría de los maestros basaban su calificación semestral en una prueba final, y ésta podía ser un proyecto, un programa de computación, o simplemente un examen de la cual dependía mi calificación en el semestre, eso significaba que si a la hora de analizar el proyecto o correr el programa de computación y fallaba algo, ya no lo revisaban, porque estaba mal, y no existía el diálogo maestro-alumno para explicarle que se tuvo una falla, que era un pequeño error que se podía solucionar y se podía ejecutar de nuevo, simplemente estaba mal y ya!, y me preguntaba donde quedaron todas las horas de trabajo, lectura, investigación, desvelos, ya que no los tomaban en cuenta, ellos iban por un resultado final, razón por la cual me llegué a sentir impotente, desesperada y me preguntaba ¿que era lo que realmente el maestro quería? Que yo adquiriera el conocimiento, o que yo acreditara una prueba final para que me pusiera una calificación, para ellos éramos un número de control y se tenia que tener como producto un resultado.

Para mi esta muy claro, que nuestras escuelas de formación nos marcan, ya que no solo adquirimos conocimientos, habilidades sino que también formas de actuar y de trato, repitiendo patrones aprendidos en nuestras aulas de trabajo, y tratando a los alumnos de la única manera que sabemos.

Confrontándome con mi ser docente, cuantas veces he actuado de esa manera, en donde exijo un resultado final sin importar el esfuerzo y trabajo que se llevo a cabo para llegar a realizar un proyecto, investigación o simplemente una tarea, ya que desde mi punto de vista no cumplieron con mis expectativas, entonces ¿ Que era realmente lo que yo quería? ¿Cual es el objetivo en dicha actividad? ¿Quiero un producto final sin importar si realmente tiene el conocimiento?, me doy cuenta además de otra de mis limitantes como profesor, el no tener la capacidad de poder escuchar a los alumnos, ser cercana, cálida y poder lograr empatizar con ellos, área en la cual necesito trabajar.



Ahora que he leído la lectura de Paulo Freire, estoy de acuerdo con las características que debe tener un educador, el repensar lo pensado y el revisar posiciones que son difíciles de cambiar, y me refiero a ellas como difíciles ya que no es fácil cambiar lo que hemos adquirido en nuestros años de formación, pero creo que el tener una mente abierta me ayudará a cambiar mis paradigmas.


Por otro lado, me gusta ser profesor, me realiza el ver cuando otros descubren, ven, sienten, aprenden cosas nuevas, el ayudar a los alumnos a que lleguen al conocimiento, a la verdad. Estoy convencida que soy transformadora a través de mi trabajo, ya que no solo lo hago por un salario para cubrir una necesidad, sino que voy más allá, el tener la oportunidad de trabajar con humanos y poder moldear esa gran escultura.

El ser capaz de jugar 2 roles, me entusiasma, el ser educador y a la vez aprendiz ya que exige estar en constante preparación.

El ser docente en el nivel medio superior ha sido algo enriquecedor en muchos aspectos, exige de mi persona prepararme para impartir mis clases, ya que estamos hablando de otro nivel académico, ser conciente que los jóvenes comparten 4 horas clase de su vida a la semana conmigo y que ese tiempo depende en gran parte de cómo se planee, como se desarrolle la clase, que dinámicas voy a implementar para lograr el objetivo, el estar en constante estudio, ser capaz de hacer análisis críticos de mi tarea como docente , desarrollar habilidades de leer nuestro mundo, poder aislar los objetos ver su esencia y tener la capacidad de verlos en su contexto social.

En cuanto a satisfacciones personales tengo muchas, el poder combinar mi profesión con la docencia ya que al ingresar a este nivel se me nombró ser Jefa de Dpto de Servicios Escolares, por la necesidad que se tenia de tener a alguien que tuviera conocimientos de computación para manejar el Sistema de Control Escolar en donde he aprendido a tratar a las
personas y aprender aspectos sobre administración organizacional.

1 comentario:

BIPS dijo...

Saludos Panchis!!

Pasé a leer tu blog, lo cual me es muy grato que nos hayamos decidido a realizar esta nueva aventura, en el cual nuestro esfuerzo se verá reflejado en clases de calidad, así como desarrollo personal y profesional.
Ánimo por nuestro centro educativo el CBTis No. 27.
¡Saludos amigo!